Cuando era pequeña, pasaba mucho tiempo ordenando mis juguetes en filas muy rectas. Me preocupaba mucho que alguien cambiara la fila de mis juguetes.
Me encantaba ir a la playa, y cuando tenía tres años, me enseñé solita como nadar desde algún punto A hasta otro punto B. Me aburría jugar en la arena. Prefería estar en el agua, saltando sobre las olas grandes que a veces me empujaron hacia la arena.
Me encantaba comer el helado, pero no me gustaba salir de compras. Tampoco me gustaba cambiar de lugar cuando estaba jugando en un espacio.
Yo era muy introvertida en casa, pero en la escuela, tenía muchos amigos, y me encantaba jugar con ellos, aunque yo les di muchisimos mandatos sobre cómo quería jugar.
Siempre he gustado escribir, y cuando era niña, escribí mucho en cuadernos que mis padres me compraban. Leía mucho, y habían varios días que no salía por estar perdida en un mundo ficcional.
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